Historias
Mordiendo el césped
Uno de los cánticos más característicos de las hinchadas argentinas inicia con un entusiasta “Es una tarde de sol…”. Para el equipo protagonista de esta nota, aquello es una gran noticia: los paneles solares ubicados en el techo de su estadio sustentan con energía a todo su complejo, el cual posee un 100% de energía verde. Pero… nada como un épico partido definido en el último minuto bajo una tormenta, ¿verdad? Nada qué preocuparse para la institución a la que nos referimos: su sistema de contención de agua de lluvia, instalado en puntos estratégicos de su cancha, le permite reusar ésta para regar el césped del campo de juego cuando corresponda. Este pasto puede considerarse uno de los más sanos para ser pisados por los botines de un futbolista profesional, ya que la institución se enorgullece de su césped orgánico, carente de cualquier componente artificial dañino para la naturaleza, tal como son los pesticidas. ¿Hace falta explicar entonces por qué el Forest Green Rovers, conjunto del ascenso inglés, es considerado el club más verde del mundo?
Cuando en 2010 Dale Vince pisó por primera vez The New Lawn, estadio dónde los Rovers hacen de local, los números rojos fueron lo primero que llamaron la atención del mencionado nuevo dueño del club. No hablamos solo de una débil situación financiera o las enflaquecidas performances que había realizado en sus últimas campañas este equipo de la sexta división británica. Vince, un empresario británico vinculado al activismo medioambiental y a la producción de energía verde, se impactó al ver el alto consumo de carnes rojas que poseía la dieta de sus futbolistas. Entonces, tomó su libreta y comenzó a diseñar el menú que habría de circular en los comedores del club, sin importar oficio, categoría o puesto del comensal: era el fin de las carnes y el inicio de una dieta vegana para todo aquel que integrara la familia del Forest Green Rovers. Algún valiente se animó a cuestionar si erradicaría el clásico fish and chips británico de las gradas. Vince se sentó cómodamente y dedicó la tarde a explicar las consecuencias catastróficas para nuestro planeta de la pesca indiscriminada.
Vince arribó al Forest Green Rovers, un clásico equipo de las profundidades del fútbol británico fundado a fines del Siglo XIX, con el objetivo de extrapolar la experiencia verde tejida en su compañía, Ecocitry, una desarrolladora de energía sustentable basada en la visión que Vince aplica a cada uno de sus proyectos: no solo proveer, sino crear. O sea, no acudir a las fuentes de energía verde ya presentes en nuestro sistema, sino multiplicarlas y diversificarlas. En efecto, la proliferación y desarrollo de nuevas fuentes de energías renovables es una obsesión del buen Vince, quien llegó incluso a ser galardonado con la orden del Imperio Británico por su labor medioambiental. El trabajo verde es exitoso, según su óptica, si traspasa las fronteras de lo comercial y arroja sus raíces en cualquier sitio con ganas de hacer la experiencia. Y este equipo del suroeste de Reino Unido encontró en él no solo un dueño, sino una filosofía de vida.
En lo futbolístico, la cosa mejoró bastante a partir del ingreso de la nueva administración: en 2017 selló su arribo a la Football League Two, cuarta categoría del fútbol británico, y se estableció como uno de sus más regulares animadores. De hecho, al momento de escribir estas líneas y a poco menos de la mitad del torneo, marcha puntero con 30 puntos y con cinco de ventaja sobre el Port Vale. Lo jugoso, al menos para este artículo, pasa por la escalada en el activismo medioambiental que logró la Green Army, evolucionando de una particular experiencia local a ser reconocida por organismos internacionales: a todo el desarrollo verde que posee en su estadio ya mencionado al principio del artículo, se complementa con un menú vegano ofrecido a todo seguidor que diga presente en las gradas que nada tiene que envidiarle a un restaurante de primera clase, y que le valió al Forest ser nombrado por la Vegan Society como el primer club vegano del mundo. En su propia página web equipara la calidad de la dieta ofrecida a la que tienen frente a sus narices cada mediodía los propios Lionel Messi o Sergio Agüero.
Para recorrer las distancias al jugar de visitante, el club alienta los viajes sustentables. El auto eléctrico es el elegido para movilizarse y por ello hay cargadores para los mismos instalados en el estadio para todo fanático dispuesto a seguir a su escuadra a dónde sea. En caso de oficiar de locales, la institución ofrece a través de la plataforma Eventbrite la experiencia VIP para aquellos que quieran empaparse de la filosofía del Rovers previo a un cotejo. Incluye una habitación suite en sus instalaciones, almuerzo con buffet vegano -bebidas incluídas-, entrada para el match, un tentempié dulce en el entretiempo -con un té como infusión, desde ya- y estacionamiento. Por 60 libras esterlinas, poco más de 8200 pesos argentinos, tenés tu lugar resguardado allí.
Los últimos meses tuvieron intensas novedades para el team, ya no solo posicionado como una entidad referente en activismo medioambiental, sino también como una marca dentro del negocio verde. En agosto del 2021, Fully Charged, canal de YouTube cuyo contenido se basa en información y difusión sobre transportes alternativos y autos eléctricos, adquirió los derechos del nombre del The New Lawn, hogar del Rovers, rebautizándose éste como The Fully Charged New Lawn. A comienzos de este mismo año, las Naciones Unidas reconocieron la labor de la institución, otorgándole el premio Momentum for Change, al notificarla como una de las quince organizaciones más significativas a nivel mundial por su labor en política medioambiental en el último tiempo. Poco antes, la misma entidad global certificó al Forest como primer club del mundo en ser carbono neutral, esto es que en su labor no emite gases de efecto invernadero, aquellos que, a través de la combustión de petróleo y carbón, entre otros elementos, promueven el aumento de la temperatura de nuestro planeta.
Claro que el nombre del estadio anexado ahora a un emprendimiento virtual en favor del transporte verde es tan solo una modificación primeriza en el camino hacia un proyecto muchísimo mayor: la construcción del Eco Park, un parque deportivo, comercial y empresarial estrictamente verde en dónde su ubicará la cancha del Rovers, entre otros puntos que sustentaran la nueva cotidianeidad de la institución. Allí, al césped en dónde disputará sus partidos se complementan bosques, reservas ecológicas, casas de formación educativa en medio ambiente, un patio de comidas vegano, un polo para emprendimientos verdes, 4.000 puestos de trabajo prometidos y una proyección de 10.000 espectadores de capacidad, con un estadio hecho íntegramente de madera, factor que lo hará único en su especie.
La propuesta aún está en tratativas debido a quejas de los vecinos de Eastington, sitio en dónde se planea iniciar la construcción, a quince minutos en auto del actual hogar del Rovers. Al parecer, los beneficios medioambientales que promoverá el nuevo espacio no quitan que modificará irreversiblemente el ecosistema social de aquella población, sumado al aparatoso tiempo y logística de construcción que requerirá. En simultáneo, la directiva del club calma a los hinchas nostálgicos del futuro viejo estadio comentando los beneficios que traerá los nuevos desarrollos en dicho lugar: casas sustentables con precios por debajo del mercado, a fin de combatir el déficit habitacional presente en la región.
- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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